Los zapatos pueden acumular malos olores debido al sudor y la humedad. Para combatirlos, espolvorea bicarbonato de sodio en su interior y déjalo actuar toda la noche. A la mañana siguiente, sacude bien el polvo antes de usarlos.
Otro método efectivo es colocar bolsitas de té secas dentro de los zapatos. Estas absorben la humedad y los olores desagradables. Si prefieres una fragancia más fresca, usa cáscaras de naranja o limón y déjalas en los zapatos por unas horas.
También puedes meter los zapatos en el congelador dentro de una bolsa hermética. Las bajas temperaturas eliminan bacterias responsables del mal olor. Solo asegúrate de dejarlos descongelar antes de usarlos nuevamente.
Finalmente, mantener los pies secos y usar calcetines de algodón ayuda a reducir la acumulación de humedad. Además, airear los zapatos después de usarlos prolongará su frescura.