Con el tiempo, las toallas pueden volverse ásperas y menos absorbentes. Para mantenerlas suaves, evita el uso excesivo de suavizante, ya que puede acumular residuos en las fibras. En su lugar, agrega media taza de vinagre blanco al ciclo de enjuague para eliminar restos de detergente.
Otro truco es sacudir bien las toallas antes de ponerlas a secar. Esto ayuda a que las fibras recuperen su esponjosidad. Si usas secadora, coloca unas pelotas de lana o de aluminio para evitar que se apelmacen y reducir el tiempo de secado.
Lávalas con agua tibia en lugar de caliente, ya que las altas temperaturas pueden endurecer las fibras. Además, no sobrecargues la lavadora, ya que el exceso de ropa impide un enjuague adecuado.
Finalmente, deja que las toallas se sequen completamente antes de guardarlas. La humedad atrapada puede endurecer el tejido y generar malos olores. Siguiendo estos consejos, tus toallas se mantendrán suaves y absorbentes por mucho más tiempo.